REVISTA TRANSPORTE Y LOGÍSTICA - 15/07/2014 
El error de no defender a tiempo a nuestro transporte internacional. Pilar fundamental de nuestra exportación agrícola.
Este medio lleva avisando desde hace mucho tiempo que el transporte internacional debería de ser defendido con mucha más intensidad de la discriminación que sufre en los países centroeuropeos.
Hace un año este medio, tan incómodo siempre, informó del enfado que se gestaba entre los transportistas franceses contra nosotros, en otoño se trasaldo los esfuerzos de Francia por recortar el cabotaje, en diciembre pasado se informó desde aqui del alineamiento de nuestro ministerio de Fomento en favor de Francia, y el el 28 de febrero ya dió detalles de la propuesta francesa de prohibir el descanso en cabina, que convenientemente han dejado que Bélgica estrenará primero.
Que no se está haciendo lo suficiente es un argumento repetido, y que el no hacerlo da a alas a nuestros competidores. A la vista está lo que acaba de hacer Francia discriminando una vez más nuestro transporte internacional, con una medida tan radical como poco anunciada.
Para los que llevamos muchos años en este sector tenemos que decir que incluso nos ha resultado sorprendente que Francia llevase a cabo su amenaza, que ya publicamos en febrero de este año: la de prohibir el descanso en cabina, y lo que es más importante, ir más lejos con una serie de penalizaciones que anuncian otras futuras sobre la competencia en el transporte internacional. Las propuestas de los diputados franceses han ido más lejos que lo inicialmente previsto, que era atacar a dormir en cabina en el camión en los descansos semanales. También se pretende actuar sobre los sistemas de retribución de los conductores.
Lo grave no es solo que Francia haya actuado de esta forma sin las más mínimas consultas, sino que aquí guardemos un silencio sepulcral sobre el particular.
Es el transporte internacional frigorífico un pilar fundamental de nuestro principal y más original sector exportador. No nos engañemos, porque el sector español exportador de las frutas y verduras es el sector más importante de la exportación en España.
Podremos exportar muchos coches, pero no llevan tecnología propia, podremos atraer mucho turismo pero hay otros países que también lo tienen, y cualquier día de estos pueden hacerlo igual de bien que nosotros. Sin embargo, la industria agroalimentaria española es una joya por su capacidad de innovación y de producción. Pero es que el sabor, el olor y, en suma, las características de esas frutas y verduras se deben a nuestro transporte frigorífico. Dejarlo inerme como ya estuvo hace muchos años, como ya estuvo en tiempos en los que no éramos miembros del mercado común, es una seria equivocación.
Somos miembro de pleno derecho de la Unión Europea, y de los importantes. Es una lástima que políticas económicas equivocadas en los últimos diez años y una falta de orgullo nacional nos pusieran al borde del rescate en los pasados años. Pero el aprecio que nos tienen nuestros socios europeos es mayor del que pensamos.
Por tanto, esta medida, como la de multar y restringir el cabotaje, como otras en las cuales nuestros colegas franceses infieren que mantenemos una competencia desleal con ellos, no solo son injustas sino graves de mantener ya que provocan estos efectos. Que se tomen medidas como esta de dormir en cabina que no responde a un inmediato deseo de mejorar las condiciones de los conductores, porque si no se habrían discutido a nivel global en la Unión Europea y podríamos haber estado todos de acuerdo en su desarrollo. No responden a medidas de obstaculización de la competencia dentro de suelo francés por parte de otros transportistas, pero de forma unilateral y con medidas que no responden a un mercado común.
Si lo que se quiere es evitar que compitan transportistas low cost en Francia, hay otras medidas destinadas a ello. Si se quiere que los chóferes a largo plazo no duerman en los camiones, también. Por eso admitir estas medidas tomadas de forma unilateral es gravísimo. Este tema de dormir en cabina o no, modifica completamente todo el sistema de transporte de carretera como ahora lo conocemos, incluso modifica cómo se entiende los camiones justo en el momento en que la misma Comisión Europea abogaba por hacer las cabinas más grandes para hacerlas más cómodas a los conductores. Ahora, si se sigue esta política, no haría ni falta.
Esto y otros muy graves efectos sobre los transportistas evidencian que se ha tomado una medida precipitada.
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