REVISTA TRANSPORTE Y LOGÍSTICA - 14/09/2017
Opinión.

En defensa de la libertad de localización

¿A qué viene meterse con las empresas porque emplean conductores extranjeros?

¿Por qué tanta envidia contra los deslocalizados?

Por Transportorum.


Se ha lanzado la jauría a perseguir a las empresas que tienen otras empresas en países europeos, y que trabajan en nuestro país. Se ha desatado la veda contra el deslocalizado cuando nosotros los españoles cuando hacemos cabotaje en Francia, y hemos estado todo el verano haciéndolo, hacemos lo mismo y no nos parece nada mal, lo hemos hecho durante años.

Cuando una empresa tiene un cliente en Alemania, una cadena de supermercados, que le ordena recoger mercancía en España para Alemania, y cuando tiene uno un cliente de aluminios alemán que te manda recoger una carga en Wörth para España, ¿a qué viene que nos metamos en si lo hace de una forma u otra? Es un transporte internacional.

Si esa empresa con accionistas europeos lo hace con una empresa rumana, polaca o española, nada tenemos que decir, nada en absoluto. No solo es perfectamente legal sino que lo hace todo el mundo. El banco de Santander trabaja con españoles en Inglaterra o en Alemania, Zara o Mango fabrican en Turquía o en Marruecos y emplean a marroquíes o rumanos en una tienda de París.

No se entiende por qué estamos haciendo estos distingos con los empresarios que han localizado sus empresas donde quieren.


La paranoia llega hasta distinguir el que está en Portugal y el que está en Rumania, que el que tiene una empresa rumana es tres veces más malo que el que la tiene en Portugal, y el que la tiene en Portugal es diez veces más malo que el que la tiene en España. Y, ¿el español que trabaja en Lyon es también diez veces malo y hay que impedirle que trabaje?

Además, a ver si nos enteramos que los conductores de camión no son trabajadores desplazados, y por tanto, por mucho que quiera el presidente Macron, no va a conseguir nunca aplicarles el límite de los ocho días de trabajo.

El señor Macron tiene mucha razón porque hay un millón de trabajadores subidos al andamio en Francia y Alemania que son de países del este. Vale, una cosa es hacer una casa y otra muy distinta que te mande un cliente alemán recoger unos pepinos en España para un supermercado en Dinamarca, eso no es lo mismo que estar haciendo pisos en París. No tiene nada que ver, y como no tiene nada que ver, nada se va a poder atacar a los transportistas.

Además, como esto es legal y lo hace todo el mundo, quitémonos la careta. El 80% de las empresas que hacen transporte en España lo hacen con empresas de otros países.

Entonces, ¿vamos a cerrar el grifo mañana y quedarnos sin transporte?

¿Y, además, nos vamos a tirar un tirito en el pie y en vez de que lo haga una empresa con capital español y trabajadores de tráfico en España lo haga una empresa rumana de rumanos desde Rumania?

¿Es que somos tan tontos que no vemos que es mejor que lo hagan españoles a que lo hagan rumanos desde Rumania?

Y en cuanto a la crítica de que estas empresas rumanas tienen su central en España, pues faltaría más, es como si nosotros tuviésemos que oír a los ingleses que el banco de Santander no puede operar en Inglaterra, Francia o en Alemania porque la señora Botín y su papá tenían el despacho en Madrid.

No. Las empresas tienen la sede donde les sale de las narices a sus accionistas y gerentes, por lo tanto aquí nadie está cometiendo ni la más mínima ilegalidad y, sin embargo, con esta olímpica propensión que tenemos los españoles de meternos contra lo nuestro estamos atacando a un montón de empresas que hasta ahora, porque de momento es perfectamente legal, están cumpliendo la legalidad a rajatabla.

Aquí lo que pasa es que hay muchos que tienen envidia porque no se les ha ocurrido antes, porque no tienen los huevos para irse a montar una empresa en Rumania, en Chequia o en Bulgaria.

Digamos la verdad, todo lleva sus riesgos. Hay que coger avioncitos, hay que ir y venir, hay que dormir en hotelitos, y todo eso significa mover el culete por Europa señores.

Pero claro, como eso no le sale bien a la gente, porque no se puede evolucionar y dirigir empresas si uno no hace nada, pues a echarles la culpa.

Esto es todo lo que hay con respecto a la deslocalización.

Este medio no se identifica con las opiniones de los lectores.

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